A Diego
Tus ojos han sido los míos
cuando desesperada
Tu piel que calienta la mía
Tú como amenaza
Tú como abrazo único
Los puntos que tanto se repelen
colocados casi al costado inmediato
de todos esos otros
que tanto
se atraen
Tus huellas marcándome el camino
enseñándome el ejemplo
de la libertad
y sus riesgos
de la intensidad
y sus riesgos
de haber nacido con la sensibilidad a flor de piel
y sus riesgos
Hermano,
amante,
amigo
Cien veces amigo, mil veces amigo
Cómplice, escudo y refugio:
espejo de agua en medio de la jungla
tronco de madera a media tormenta marina
espíritu del eco
que repite, adorna y acaricia con el sonido
Hemos soportado tanto del camino
Hemos disfrutado tanto del camino
Hemos amado tanto al camino
que estúpido sería pretender salir ilesos
no portar las cicatrices que hoy nos adornan
Dos animales salvajes,
haciendo simulacros de madriguera
después de pelear un duelo a muerte
Confundiendo heridas con el zurco que hay que hacerle a la semilla
para que se alimente y brote
para que brote y se alimente
Hermano,
amante,
amigo
Mil veces amigo
Seis veces amante
Hermano S I E M P R E:
de alma y de ojos
cuando confundida
Te perdono todos los zarpazos
las dentelladas
y rugidos
yo sé que así juegan las fieras:
aunque a veces se me olvide
aunque a veces finja no saberlo
Hermano,
amante,
amigo
Cien veces amigo
mil veces te he visto y he pedido que nunca
nunca
nunca
nunca me faltes
Que a pesar de todo,
sólo tú sabes acompañarme en medio del ruido
Que a pesar de todo,
sólo tú sabes lo que costó levantar esta guarida
y nadie más conoce tan bien,
el hueco por dónde se entra.
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