domingo, 10 de mayo de 2020

Nocturno

Nocturno

Mi cabeza es un sitio turbio
un pantano en cuyas lianas se pasean
seres que no caminan más
la realidad acariciada por mis pies

Mi pecho alberga un caleidoscopio
que colorea la bruma
o la envuelve en una oscuridad que aplasta

¿En qué color aterrizará la noche esta mañana?
¿Cuál la tonalidad de esta incertidumbre?

Si es amarilla, ojalá sean girasoles
Si azul, quizá aprenda a nadarla
Si quizá se volviese lila,
habría de malgastarla al ritmo de un
me quiere/no me quiere/me quiere/no me quiere

Y es que aquí dentro,
los habitantes corren a sus anchas,
se leen poesía entre sí,
se persiguen,
conversan en tantos idiomas distintos
que jamás he podido desenmarañar sus voces,
se pelean, se muerden, se besan, aunque no se entienden

Mi cabeza es un sitio turbio,
pantano donde descansan bestias de acolchonadas patas,
de colmillos floridos
y cuernos que van centrifugando el color del dulce

Es un pantano que a veces se vuelve bosque
que a veces se vuelve selva
que a veces cumbre de montaña
u océano profundo inexplorado y lleno de brillo

Mi cabeza a veces incendio que palpita,
arrasa con velocidad la calma del caleidoscopio,
lo llena de humo
y al aire lo vuelve niebla

A veces marea que desciende
cuando la luna mengua y los pájaros ya empiezan a cantar
y en días de suerte, laguna en calma
reflejando cada color que el caleidoscopio por fin puede mostrar.

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