Hubo una época en que estuve triste
Muy triste
Tan triste
como para abrirme ríos rojos en las manos
Tan triste
como para auto-recetarme
cuarenta pastillas
media botella de ron
y un cuchillo que señalase cada trozo de carne
que punza
Tan triste
como para mandarme a mi misma
(varias veces)
a una cama de hospital.
Después de un rato
Muchos ríos rojos de por medio
tubos en la nariz
agua en el estómago
encierros varios
números de teléfono memorizados
ausencias y huecos
entradas y salidas
cigarros improvisados con conos de agua y hojas de árbol
días y semanas
meses y meses
vueltas y vueltas
blanco y marrón
blanco y marrón
mucho marrón.
Un día (por fin)salí a la calle,
y me di cuenta:
Esto jamás se llamó sólo tristeza
este hueco abismal que me transita el pecho
esta rabia contra la vida
esta fascinación con el rojo vivo de la vena recién abierta
Nunca fue sólo tristeza
Es una rabia contenida, por años
por generaciones.
"Más vieja que mi propio cuerpo"
me recuerdo decir
Son las lágrimas de mi madre apretándome la garganta
Son las ganas de huir de la abuela agarrándome los pies
Son la incertidumbre de mi bisabuela
Y la certeza de la tata cuando pensaba que su vida se fugaba por el huequito del lavadero
y mejor huyó un día,
sin que nadie volviese a saber de ella.
Qué voy a saber yo,
Si fueron los campos de guerra,
la pérdida de tierras,
el despojo de la lengua,
las muchas migraciones,
la incertidumbre de la raíz,
la palabra "india" pronunciada por la boca de una rubia con mirada burlona a mis 11,
el chasqueteo de lengua cuando enuncié mis deseos y alguien dijo
"pero eso no lo hacen las niñas"
O si es el hueco que queda después de todo eso
en donde anida la falsa certeza
de que no hay sitio para seres como yo.
Y es que acá no hay glamour,
no nos vemos lindas cuando gritamos
Y nuestra rabia no es fotografiable.
Tampoco acariciamos tu alma con nuestros cantos
ni te evocamos otra época dorada
en dónde nadie de los nuestros moría
y todas cantábamos alrededor del fuego en armonía
Ni madres.
Acá sabemos de faltas,
de sometimientos,
de violencia,
de violación,
y eso marca la mirada
Acá tenemos memoria,
recordamos diario a todxs nuestrxs amigxs presxs,
a los asesinados,
A las mujeres que me crucé tantas veces por la calle para después cruzármelas en una papeleta de búsqueda,
y si bien iba, poco después la noticia del hallazgo de su cadáver
(Que aunque sea este un destino oscuro, lo es más ver cómo la papeleta se arruga, se destiñe, se pone vieja y "aún no hay noticias")
Pido una disculpa entonces,
porque no puedo aún digerir el enojo,
porque aún no soy digna de llamarme mujer
no sé hablar en flores,
no sé hablar en nubes,
no sé acariciar ni transmitir la calma cuando hablo de mi historia
Abro la boca y nace un pase de lista
Abro la boca y me sale todo este rojo
Abro la boca y me sale un canto que llama
a ese momento en que creí que estaba triste
que creí que no había sitio para mi ni mi historia
que creí que me equivocaba
Hoy sé de cierto en dónde me enraizo
y eso me ha salvado,
Me agarro con fuerza a la vida
porque alguien tiene que recordar a quienes faltan,
me quedo cerquita de la tierra
porque de ahí vengo,
me se bella y ordinaria
como lo son las rocas o las hojas de un árbol.
Me sé pasajera y volátil,
como mis pisadas en los lugares que visito
Pero por sobre todo,
tengo bien ubicado todo el rojo del que vengo
porque un día habrá que ajustar cuentas,
Y "todas las balas se van a devolver".