viernes, 5 de junio de 2020

Primer incendio

Pura verdad: acá todos quieren aventar putazos;

La morra contra el cabrón que huele exactamente igual
que la primera vez que alguien le dijo “si te callas te duele menos”
El wey que quizo salir nomás a echarse un porro a la banqueta
porque ya no podía con el griterío en casa y el chingo de cuentas
por pagar, por postergar, por aclarar
pero a las tres caladas llegó el policía a pedirle
en el mejor de los casos tiempo
en el más normal dinero, pero en muchos otros
usar su cuerpo para desahogar todo el enojo que le provoca
cuidar al rico y no poder serlo.
(como propina le han permitido disponer de otros
siempre y cuando no se parezcan a quienes cuida)

Acá todos quieren aventar putazos, quemar el cielo, echar la culpa
competir pa’ ver quien se va menos limpio porque sospechamos
que no nos podemos ir felices, y acá alguien tiene que pagarla
alguien tiene que sentirse igual, aunque sea un segundo
que como nos sentimos a diario.

Que se incendie todo igual que se incendia el pecho
cuando alguien más se cuelga o se quiere aventar de un puente
y nadie sabe decirle “aguanta” porque acá ya nadie aguanta
y lo sabemos.

Y sí, hay que quemarlo todo, pero hay que tener claro
que el enemigo existe, que se materializa en apellidos y familias
mismas que se tragan la riqueza del mundo mientras este agoniza
y los demás humanos mueren de hambre
y en el peor -o mejor- de los casos,
entre ellos mismos se matan.

domingo, 10 de mayo de 2020

Nocturno

Nocturno

Mi cabeza es un sitio turbio
un pantano en cuyas lianas se pasean
seres que no caminan más
la realidad acariciada por mis pies

Mi pecho alberga un caleidoscopio
que colorea la bruma
o la envuelve en una oscuridad que aplasta

¿En qué color aterrizará la noche esta mañana?
¿Cuál la tonalidad de esta incertidumbre?

Si es amarilla, ojalá sean girasoles
Si azul, quizá aprenda a nadarla
Si quizá se volviese lila,
habría de malgastarla al ritmo de un
me quiere/no me quiere/me quiere/no me quiere

Y es que aquí dentro,
los habitantes corren a sus anchas,
se leen poesía entre sí,
se persiguen,
conversan en tantos idiomas distintos
que jamás he podido desenmarañar sus voces,
se pelean, se muerden, se besan, aunque no se entienden

Mi cabeza es un sitio turbio,
pantano donde descansan bestias de acolchonadas patas,
de colmillos floridos
y cuernos que van centrifugando el color del dulce

Es un pantano que a veces se vuelve bosque
que a veces se vuelve selva
que a veces cumbre de montaña
u océano profundo inexplorado y lleno de brillo

Mi cabeza a veces incendio que palpita,
arrasa con velocidad la calma del caleidoscopio,
lo llena de humo
y al aire lo vuelve niebla

A veces marea que desciende
cuando la luna mengua y los pájaros ya empiezan a cantar
y en días de suerte, laguna en calma
reflejando cada color que el caleidoscopio por fin puede mostrar.

martes, 21 de enero de 2020

Secretearse


He amado muchas veces en secreto:
reserva que se enrolla en mi rutina,
los deseos oxidados me ensaliva,
y salvaje clava sus colmillos en mi calma

He amado,
mientras varios pares de ojos me escudriñan
mientras creen adivinarme las edades,
                                           las maldades,
                                           las verdades
inventándome intenciones pues no creen
que alguien pueda amar sin intención oculta
sin ventaja clara, planeada y vecina.

He amado en secreto:
con censura para los ojos de los monseñores,
las monjas, la maldita policía de mierda,
de la señora que se arrima y entre dientes escupe 'pinches puercas'
de la moral que me dicta buscar una posición siempre encima de otres
donde no nace amor, sólo jerarquías, sólo empatías, sólo lastima.

He amado en secreto porque a esto me han orillado,
porque cuando he confesado sólo han llegado desdenes
sólo miradas de reproche, sólo “eso no te corresponde”
y todo con ansias de censurar este pecho
que se enciende cuando se encuentra, cuando entiende
que es capaz de amar a cualquiera,
contra cualquier mandato, mentira o quimera.